viernes, 17 de septiembre de 2010

Un día en Venezia

Durante las vacaciones en Italia decidimos ir un dia a Venecia para descansar de la montaña y poder pasear por sus estrechas calles. La primera impresión que se lleva uno al llegar a la ciudad es la de estar en otra época, es sin duda un lugar con un encanto especial.



Al salir de la estación de tren uno se da de morros con el gran canal lleno de barcos arriba y abajo y entre todos ellos las góndolas con los turistas apastados que quieren llevarse consigo el recuerdo de un paseo en estas peculiares barcazas. Para desplazarse por la ciudad subimos en el vaporetto para atajar una gran distancia entre tanto calor. La sensación es como la de ir en bus pero encima del agua.



La verdad es que entre tantas cámaras apuntando cualquiera se da un paseo en góndola, madre mía!!







martes, 14 de septiembre de 2010

Nena, agafamela i...verema!!!

Un año más y como no podía ser de otra manera, la familia de Pere se une en el campo con el ánimo alevósico de fabricar el vino que las pocas parras que tienen les ofrecen. Con una cantidad de uva de unos 250 Kg. es suficiente para pasar el día y poder disfrutar de la fiesta de la vendimia en familia.



La familia de Pere ya disponía de un lugar apropiado para tal labor, así que el proceso es tan artesanal como antaño.



Dentro del foso donde se pisa la uva hace una calor tremendo, a pesar de tener fresco el sótano porque con los bailecitos del pisoteo la cosa cambia.



El patriarca de la familia supervisa el proceso dando órdenes a sus hijos infieles y va recogiendo el mosto que proviene de pisar la uva al otro lado del muro. La piel de la uva atasca el conducto pero no hay nada como una panda de ingenieros intentando desatascarlo con una rama de almendro.



Al final del proceso de pisar la uva queda un montón de pieles y ramas esperando ser prensadas.



La prensa pesa lo suyo y tras rellenar de uvas todos los niveles de la prensa se procede al prensado apretando y apretando las uvas hasta esprimirlas a tope.



Al final nos pegamos una gran almuerzo como recompensa de todo y gracias a la madre de Pere que no pisó uva pero se pegó una currada impresionante en la cocina. Nos vamos a tener que ver obliados a volver al año que viene a probar el vino a ver qué tal ha ido todo.