La ciudad amurallada de Ávila tiene un encanto especial. Con una fortaleza impresionante que no deja a nadie indiferente. Es como sacada de una película medieval.
Visitamos la ciudad después de estar en la Sierra de Gredos donde comimos un típico chuletón, eso sí, después de hacer nuestra ruta y pasar un frío tremendo. Mala cosa esta de vivir en Levante y no estar acostumbrado. Gracias al guardian heavy del camping por dejarnos las mantas y hacernos reir.