Siempre había tenido ilusión de hacer fotografias en el desembarco de Villajoyosa donde los cristianos esperan ansiosos el desembarco de las tropas árabes con los arcabuces en las manos. El acto se transforma en un espectáculo de luces y sonido con una magia especial y además el olor a polvora aporta el toque de realismo que tan especial hacen al desembarco.
Como festero que he sido, siempre había estado en el bando moro con lo que yo desembarcaba en vez de esperar en la playa pero en la arena se vive muy buen ambiente.
Las barcazas en el agua se iluminan con grandes focos desde tierra y los fuegos artificiales iluminan con colores el humo que sale de los arcabuces.
Tengo que reconocerlo; las fotos de velocidad lenta para captar la explosión de los disparos es una de las fotos de rigor y siempre resultan muy espectaculares.
