Lisboa es una ciudad de contrastes en la que podemos ver como el paso del tiempo ha dejado una ciudad de aspecto viejo y desgastado, huella de lo que fue en su día pero que a su vez es una ciudad llena de vida en las calles y con un ambiente especial.
Esta panorámica está tomada desde el mirador que hay arriba del elevador de San Justa, que une el barrio alto y bajo de Lisboa. Fue interesante ver la antigua maquinaria en funcionamiento.
Las fachadas con los famosos azulejos son un atractivo para la vista. También recomiendo un paseo por el barrio alto y la entrada en un bar de fado, aunque solo sea por curiosidad.
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