viernes, 6 de mayo de 2011

Subida a las lagunillas.

En nuesta segunda salida por la montaña decidimos subir a las lagunillas, tras una treguas con las lluvias. Tras dejar el coche en el río y recoger a un autoestopista cicloturista en apuros holandés, cogemos las mochilas con la esperanza de no tener que mojarnos más. Cruzamos el río Tormes y empezamos la subida por una pista que va cogiendo altura progresivamente.
Desde cierta altura se observan los característicos paisajes de bolas provocados por la erosión del terreno a lo largo de los años. Es muy habitual en Ávila estos paisajes, supongo que amados por los bloqueros escaladores.


En lo alto del valle obervamos la grandeza del paisaje. Se ven los primeros bloques arrastrados por la morrena lateral, siempre de gran tamaño y redondeados por el tiempo y la erosión. Si se sube algo más se pueden ver las diferentes alturas del glaciar a lo largo del tiempo observando las lineas de rocas a lo largo del valle fruto del depósito de rocas de la morrena.

Entre tanto bloque de piedra aparecen las cabras dando saltos y corriendo, intentado esquivar nuestros pasos. Para nuestra suerte no encontramos a nadie en todo el recorrido, por lo que además la ruta fue más mágica todavía y llegamos a ver las cabras tan cerca que daban hasta miedo, con esos cuernos medalla de oro.




Tras llegar al llano se tienen las mejores vistas del circo de la Laguna Grande. Las nubes amenazan con impedirnos ver el paisaje pero tenemos algo de tiempo para poder deleitarnos antes de empezar a caer unas gotas. Almenos no tuvimos que hacer uso del refugio.

Entre tanto, los buitres volaban sobre nosotros...

1 comentario:

Miriam dijo...

Va ser una ruta xulísima. Crec que mai havia vist tanta cabra montesa junta i de tan prop, pareixia que venien amb nosaltres, jeje!!