Siempre me han gustado los dias en los que se puede pasear sin el agobiante calor del sol en la nuca y con algunas nubes que disimulen el cielo raso. Además si hace algo de fresco mucho mejor. Este día era ese. Con la cámara en mano recorrimos la playa de un extremo a otro como tantas otras veces. Siempre pienso que cuando voy con la cámara me fijo mucho más en las cosas que nunca porque siempre voy buscando los detalles y las situaciones, no me vale a mí eso de que si tengo la cámara en mano no disfruto del paisaje. Como el resto de fotógrafos diría; "así lo disfrutamos más veces".
4 comentarios:
Hi ha dos coses de La Vila que m'encanten: les casetes de colors i l'olor a xocolate.
Lastima que el olor no se pueda captar en una imagen. Aunque patente queda que la esencia si.
Bonita tu ciudad.
Hola Jorge, nomes dir-te que les fotos son una passada, precioses, de vegades sembla mentida que aquestos llocs els tinguem a casa i no els disfrutem.
Una abraçada.
Tota la raó que tens Paco, em passa el mateix, de vegades em sorpren també. Gràcies pel comentari, málegra veure't pel blog!!
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