Las noches en el desierto son una experiencia inolvidable donde uno puede sentir la soledad de las dunas y con un poco de imaginación pensar en cómo sería la vida de los nómadas, tan dura como fasciante. El agua y la comida parecen escasear pero se saca no sé de dónde. Nosotros no tuvimos que preocuparnos de todo eso, pues traíamos hasta las ollas de cous cous en los dromedarios, todo un lujazo bajo las estrellas, que por cierto son alucinantes en los cielos despejados de las dunas.
El sol de justicia que acompañaba ese día parecía pegar más fuerte pero debido a la sequedad del ambiente se soportaba bastante bien. El pulso sobre el dromedario parecía funcionar....a veces!!!
El sol de justicia que acompañaba ese día parecía pegar más fuerte pero debido a la sequedad del ambiente se soportaba bastante bien. El pulso sobre el dromedario parecía funcionar....a veces!!!
Las formas de las dunas pueden llegar a parecer hipnóticas a menudo aunque en realidad las huellas de todoterreno quitan un poco de fascinación por el paisaje....pero por dónde se meten esas gentes!!!
2 comentarios:
Impresionants les fotos, de veres.
Son una passada!
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